Según la mayoría de estudios que se llevan a cabo sobre el tema, la mayor parte de la población prefiere tener sexo en el dormitorio, sobre una cama. Es la forma más habitual, pero también la más cómoda, en la mayoría de casos. Sin embargo, cuando se pregunta por el lugar más sensual donde han hecho el amor, los entrevistados raramente repiten esa misma respuesta. Y es que el dormitorio, precisamente por ser habitual, es un sitio que ya carece del morbo de la novedad, de lo único y especial. Hacerlo en la misma cama todos los días está bien, pero poder disfrutar del sexo en un sitio diferente, incluso en público, puede prendernos mucho más fácilmente. Cuando uno todavía vive con sus padres y empieza a tener una relación seria con su novia, el coche es la alternativa más popular. Pero también están los parques, los hoteles e incluso la playa.
Muchas de las relaciones sexuales más intensas y excitantes para buena parte de la población tienen que ver con el mar. Ese lugar místico que ha sido adorado por todas las culturas y que todavía hoy sigue teniendo algo de especial y maravilloso. En verano es el mejor sitio donde se puede estar, para pegarnos un chapuzón que nos haga olvidar al instante el calor que estamos pasando. Además, estar en la playa ya supone un punto morboso extra, porque llevamos mucha menos ropa de la habitual. Las chicas hacen topless, hay playas nudistas donde vamos completamente al natural… Todo eso suma para que, en un momento de calentón, nos sumerjamos con nuestra pareja y disfrutemos del placer entre las olas. Un polvo de esos que no se olvidan, por lo especial del sitio, y por el morbazo que nos da el poder hacerlo frente a la gente, aunque sin que se den cuenta. El sexo en el agua es una fantasía muy habitual tanto para ellos como para ellas, y no hablamos solo del mar, sino también de la piscina, el jacuzzi o incluso la ducha, que están más a mano.