La natación es, como seguramente ya sabrás, uno de los deportes más completos que existen, al utilizar todo nuestro cuerpo de forma coordinada para ejecutar los movimientos precisos que nos harán avanzar en la piscina. Disfrutado por millones de personas en todo el mundo, incluso por aquellas que tienen problemas a la hora de correr o realizar otras actividades en “tierra firme”, la natación es una de las prácticas deportivas más recomendadas por médicos y especialistas, a la hora de ayudar a cualquier persona a recuperar su tono muscular o a evitar dolores de espalda, algo muy habitual, por desgracia, en esta sociedad cada vez más sedentaria. Hay quien simplemente se dedica a hacer unos largos en la piscina, en nado libre, como se suele decir, porque es lo que necesita para mantenerse en forma. Otros, sin embargo, se lo toman más en serio e incluso aprenden los diferentes estilos de natación que existen.
Hablamos de estilos que se aprenden de forma natural cuando empezamos a nadar, aunque es cierto que solo aquellos que siguen nadando para competir los perfeccionan de verdad. El estilo de crol, el más habitual, con las brazadas alternas, el estilo de braza o de pecho, manteniendo los brazos bajo el agua, y el estilo mariposa, seguramente el más vistoso, que es precisamente una variante del anterior, y que se lleva a cabo con brazadas paralelas y simultáneas, permitiendo un mayor impulso para el cuerpo. Las competiciones de estilo mariposa se llevan a cabo en las mismas piscinas que el resto de estilo, aunque suelen ser más rápidas, de manera habitual, que las del estilo braza, aunque algo menos que las del estrilo crol. Esto hace que muchos de los más rápidos nadadores del mundo hayan participado en esta modalidad, dominada habitualmente por los europeos y americanos.
Natación estilo mariposa
Se llama estilo mariposa al método de natación por el cual el nadador se impulsa hacia adelante con moviendo los brazos de forma circular y simultánea, mientras balancea las caderas para dar finalmente una patada que haga que el impulso sea más intenso. Se diferencia del estilo braza, que es en realidad su origen, al sacar los brazos del agua durante ese movimiento circular de avance, tal y como se hace en el estilo crol, pero moviendo ambos brazos a la vez. Es una técnica que tarda en depurarse, sobre todo para calcular exactamente la brazada precisa para avanzar de la manera más efectiva posible. Con cada brazada, el nadador meterá la cabeza bajo el agua y la sacará para tomar aire y seguir avanzando.
Cuáles son las fases del estilo mariposa
Aunque hay una gran cantidad de movimientos sincronizados en este estilo, nosotros vamos a separarlos en dos grandes fases, la acuática y la aérea. La primera comienza en el momento original del movimiento del nadador, cuando tiene los brazos extendidos en paralelo por delante y los pies por detrás. La brazada sincronizada se lleva a bajo para cubrir la primera mitad del círculo, la que más cuesta, ya que es bajo el agua, pero que sirve como impulso para el nadador. La fase aérea o de recobro se inicia cuando los brazos ya salen del agua y van camino de completar la vuelta circular, hasta tocar el agua de nuevo. El primer movimiento, el acuático, es mucho más largo, ya que los brazos se extienden y se encogen en busca del mayor empuje posible, y el movimiento aéreo se convierte casi en una simple fase entre los diferentes movimientos acuáticos.
Técnica y metodología
Para muchos, la técnica de mariposa es la más complicada de aprender a la hora de nadar en competiciones, ya que requiere de una gran coordinación y su dificultad es mayor hasta que interiorizamos por completo todos los movimientos a realizar. Como veíamos arriba, la primera fase comienza cuando los brazos están tocando el agua, totalmente extendidos y en paralelo. Se busca impulsarse con ellos hacia adelante, así que se abren un poco, para dar paso al resto del cuerpo, y ya bajo el agua vuelvan a encogerse, con las muñecas dobladas, llevando a cabo el movimiento de impulso, lanzándolos hacia atrás y abriendo un poco el ángulo de ambos nuevamente. Ese movimiento se combina con la patada o “delfín”, otro impulso trasero con las piernas que ayuda a llegar más lejos y de una manera más eficaz.
Para retornar a la posición primigenia, los brazos vuelven a cubrir la distancia hasta el agua, ahora en el aire, con un movimiento rápido y certero, abriéndose y cerrándose, formando una especie de elipsis que devuelve al cuerpo a esa postura inicial. Mientras la parte trasera se balancea y se combina para que el impulso de las manos vaya junto al de las piernas, la cabeza se mantiene debajo de agua hasta que el impulso se ha llevado a cabo, y entonces se saca, volviendo a meterla un poco antes de los brazos para comenzar de nuevo toda la acción en la fase acuática. Es una técnica que se debe depurar muchísimo para alcanzar la máxima eficiencia, ya que el impulso debe ser muy poderoso si queremos llegar al otro lado de la piscina o cubrir la distancia total de la competición en el menor número de brazadas posibles. La mayoría de profesionales no utilizan una brazada tan larga, sino que llevan a cabo un movimiento más semicircular, para aprovechar mejor ese impulso.
Competencias y reglas
Como cualquier otro estilo de natación, el de mariposa también tiene sus propias reglas, sobre todo referidas a los movimientos permitidos. Por ejemplo, antes de iniciar el movimiento acuático, el cuerpo debe estar suspendido sobre el pecho por completo, y se deba patear siempre bajo el agua, ya que no se permite hacerlo en la superficie. La sincronización de los brazos debe ser total tanto en el movimiento aéreo como en el de debajo del agua. Al llegar a la pared y al final, las dos manos deben tocarla a la vez. Las competiciones suelen ser las habituales dentro de la natación, con distancias de 50, 100 y 200 metros, en piscinas olímpicas, de 50 metros, pero también en piscinas más cortas de 25 metros, estando separadas ambas competencias.