La natación es, como seguramente ya sabrás, uno de los deportes más completos que existen, al utilizar todo nuestro cuerpo de forma coordinada para ejecutar los movimientos precisos que nos harán avanzar en la piscina. Disfrutado por millones de personas en todo el mundo, incluso por aquellas que tienen problemas a la hora de correr o realizar otras actividades en “tierra firme”, la natación es una de las prácticas deportivas más recomendadas por médicos y especialistas, a la hora de ayudar a cualquier persona a recuperar su tono muscular o a evitar dolores de espalda, algo muy habitual, por desgracia, en esta sociedad cada vez más sedentaria. Hay quien simplemente se dedica a hacer unos largos en la piscina, en nado libre, como se suele decir, porque es lo que necesita para mantenerse en forma. Otros, sin embargo, se lo toman más en serio e incluso aprenden los diferentes estilos de natación que existen.
Hablamos de estilos que se aprenden de forma natural cuando empezamos a nadar, aunque es cierto que solo aquellos que siguen nadando para competir los perfeccionan de verdad. El estilo de crol, el más habitual, con las brazadas alternas, el estilo de braza o de pecho, manteniendo los brazos bajo el agua, y el estilo mariposa, seguramente el más vistoso, que es precisamente una variante del anterior, y que se lleva a cabo con brazadas paralelas y simultáneas, permitiendo un mayor impulso para el cuerpo. Las competiciones de estilo mariposa se llevan a cabo en las mismas piscinas que el resto de estilo, aunque suelen ser más rápidas, de manera habitual, que las del estilo braza, aunque algo menos que las del estrilo crol. Esto hace que muchos de los más rápidos nadadores del mundo hayan participado en esta modalidad, dominada habitualmente por los europeos y americanos.